En la Iglesia Corona de Vida, creemos que el verdadero crecimiento en la fe viene de adorar y aprender juntos. Nuestra iglesia está comprometida a crear un espacio donde el crecimiento espiritual y la conexión con Dios sean fomentados.
Queremos alcanzar las vidas de nuestra región, para que puedan conocer el corazón de Jesús en todo el Condado de Bell y sus alrededores. Ofrecemos oportunidades para profundizar en la Escritura, aprender acerca de Jesús y adorarlo en comunidad.
Únete a nosotros mientras crecemos en la fe con personas que aman y obedecen a Jesús. ¡Juntos, seremos testigos del poder transformador de Su amor!
Estamos comprometidos a vivir los valores del evangelio de Jesucristo.
Nuestra misión es amar a Dios, amar a los demás y compartir las buenas nuevas de Jesucristo.
Creemos que sin humildad no podemos acercarnos a Dios. La humildad abre la puerta a Su gracia y favor, y nos permite depender totalmente de Él.
“Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.” (Santiago 4:6)
Anhelamos vivir en santidad, porque deseamos ver al Señor. La santidad no es una opción, es un llamado de Dios y la condición para experimentar Su presencia.
“Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.” (Hebreos 12:14)
Obedecemos el mandato de Jesús de hacer discípulos. Los discípulos no nacen, se forman con entrega y carácter. Creemos en un discipulado con integridad, donde cada creyente consagra sus tres “T”: Tiempo, Talento y Tesoro para la expansión del Reino de Dios en la tierra.
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones…” (Mateo 28:19)
La presencia de Dios es nuestra mayor necesidad y deleite. Reconocemos que sin ella no podemos avanzar; Su presencia nos da descanso, dirección y propósito.
“Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.” (Éxodo 33:14)
El amor de Dios es la evidencia más clara de que le hemos conocido. Amamos porque Él nos amó primero, y ese amor nos impulsa a amar a nuestro prójimo con compasión y verdad.
“Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.” (1 Juan 4:7-8)
La oración es nuestro estilo de vida, es nuestro lenguaje de comunicación y conexión con el corazón del Padre.
“Orad sin cesar.” 1 Tesalonicenses 5:17
La Biblia es nuestra única verdad y autoridad final. Creemos que es inspirada por Dios y es la guía segura para cada decisión y para cada aspecto de nuestra vida.
“Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir y para instruir en justicia.” (2 Timoteo 3:16)
Te invitamos a explorar nuestras creencias y a unirte a nosotros en la búsqueda de vivir nuestra fe con valentía y pasión.
Creemos en un solo Dios, que existe eternamente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Estas tres personas son distintas, pero perfectamente unidas, co-iguales y co-eternas. Dios es el Creador de todas las cosas y desea tener una relación con cada persona. Su naturaleza es santa, justa y amorosa.
Creemos que la Biblia es la Palabra inspirada y autoritativa de Dios. Es infalible en sus manuscritos originales y es la autoridad final para la fe y la vida. A través de las Escrituras conocemos el carácter de Dios, Sus promesas y Su voluntad para nuestras vidas.
Creemos en Jesucristo, el Hijo eterno de Dios. Afirmamos Su nacimiento virginal, vida sin pecado, milagros, muerte expiatoria en la cruz, resurrección corporal, ascensión a la diestra del Padre y Su futuro regreso en poder y gloria. Jesús es el único camino de salvación, y estamos llamados a seguirle en amor, santidad y verdad.
Creemos que la salvación es un don de gracia mediante la fe en Jesucristo. No se obtiene por obras, sino que se recibe a través del arrepentimiento y la fe en Él. La regeneración por el Espíritu Santo es esencial para el nuevo nacimiento y para vivir una vida transformada.
Creemos en el ministerio presente del Espíritu Santo, quien habita en todo creyente. El Espíritu nos capacita para vivir vidas piadosas, concede dones espirituales, nos consuela en la debilidad y nos guía a toda verdad. Por medio de Sus dones —como sabiduría, conocimiento, entendimiento, sanidad, milagros, lenguas y profecía— la Iglesia es edificada y el reino de Dios avanza.
Creemos en la Iglesia universal, el cuerpo de Cristo, compuesta por todos los creyentes que están unidos en la fe a través de Jesús. Localmente, la Iglesia es una comunidad llamada a adorar, tener comunión, crecer en la Palabra y servir. Estamos comprometidos a amarnos unos a otros y a dar a conocer a Cristo en el mundo.
Creemos que el bautismo es una expresión externa de una transformación interna. Es una declaración pública de fe en Jesucristo y simboliza morir al pecado y resucitar a una nueva vida en Él. Aunque el bautismo no salva, es un paso vital en el discipulado cristiano.
Creemos en la práctica de la Santa Cena (la Cena del Señor) como un acto sagrado de recordar la muerte y resurrección de Jesucristo. Es un tiempo de reflexión, gratitud y unidad entre los creyentes, mientras proclamamos Su sacrificio y anticipamos Su regreso.
Creemos en la resurrección tanto de los salvos como de los perdidos: los salvos para vida eterna con Dios, y los perdidos para separación eterna de Él. Nuestra esperanza está anclada en la promesa de vida eterna para todos los que confían en Cristo.
Creemos en la unidad espiritual de todos los creyentes en Jesucristo. Sin importar origen, raza o condición social, somos una sola familia en Cristo, llamados a amarnos, animarnos y apoyarnos mutuamente en la fe.
Creemos en la santidad del matrimonio, definido como la unión de por vida entre un hombre y una mujer. También afirmamos la santidad de la vida humana —antes del nacimiento y en cada etapa de la existencia— como un don divino creado a la imagen de Dios
En Corona de Vida creemos que los niños y jóvenes son más que el futuro: son una parte esencial del presente de la Iglesia. Queremos verlos crecer firmes en la verdad, florecer en sus dones y caminar rodeados de una familia espiritual que los apoya y los impulsa. Nuestra oración es levantar una generación apasionada por Jesús, valiente en su fe y portadora de Su luz al mundo.